Seguidores

martes, 21 de octubre de 2014

Papel oxidado


¿Que cómo se siente? 

No sabría explicarlo de una forma menos vergonzosa pero podría decirse que la sensación es similar a cuando coges una fotografía antigua en la que salen familiares de los que sólo has oído hablar alrededor de otros ya cercanos, con sonrisas sepias y ropas impolutas, tomando la merienda en un jardín un día soleado y recuerdas todo como si hubieses estado ahí mientras el olor de sus cafés se mezcla con el del papel oxidado de la fotografía.
Miras la parte de atrás porque están escritos los nombres con la fecha.
Y, para acabar, miras el reloj.
Así se siente.

martes, 14 de octubre de 2014

reLEGIÓN

La mayor parte del tiempo los sentidos y la mente nos engañan. Es difícil confiar en alguien, de la misma forma que es difícil confiar en uno mismo. Resulta difícil porque nadie, ni siquiera nosotros, conseguiremos conocernos nunca. Quizás aunque no estemos solos, estamos perdidos. Quizás, a fin de cuentas, todo aquello de lo que me he intentado alejar todo este tiempo sea lo que consigue que exista gente feliz a pesar de todo. Y que nuestra raza haya sobrevivido durante tantos siglos. Sin embargo no pienso que deje de ser una ilusión. Una burbuja que nosotros mismos hemos creado donde el bien y el mal están reglados única y exclusivamente por lo que le afecta a nuestra especie. Que todo está entrelazado. Que estamos perdidos, no solos. Sólo nos alejamos para evitar ser conscientes de lo mucho que tememos. Porque el mundo es un sitio tranquilo y quizás, sólo quizás, no haya demasiado que conocer de nosotros mismos. 
No somos infinitos, ni especiales. Ni siquiera somos excesivamente inteligentes. Somos motas de polvo entrando por una ventana un día de sol. Bonitas y poco conscientes de su existencia. 
Tenemos límites y creerse dioses no deja de ser una especie de fiebre que nos nubla. No acabaremos de conocernos a nosotros mismos nunca porque no queremos. Porque inventamos mil y una historias para explicar lo que está ahí desde siempre. Porque no aceptamos que somos limitados y que hay cosas que no comprendemos. Porque no podemos. Porque tenemos miedo. Porque mentimos y creemos.