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sábado, 23 de octubre de 2010

Un mes más, golondrina.

Cómo vuela el tiempo, mi pequeña golondrina.
Mañana ya es 24, un mes más al cesto.

Esta mañana al despertar me sucedió algo bastante raro. Me desperté con ocho años. Era el seis de enero.
Sentí nervios, muchos nervios, como cuando tienes alguna cosa importante que hacer y crees que en cualquier momento algo se truncará impidiéndote llevarlo acabo.

Me levanté y busqué mis zapatillas, respiraba como uno respira cuando está en casa.
Ya en el cuarto de baño me lavé la cara y en cuanto me miré al espejo me di cuenta de que el tiempo  me había jugado una mala pasada.
Que no era que hubiese soñado una vida en una noche, es que en una mañana viví mis recuerdos.

Así pues, golondrina. He descubierto que por muchos 24 de cada mes que pasen siempre viviré contigo, porque el tiempo en realidad, es un poderoso aliado que nos guía hasta el reencuentro.

PD: Guapa.

lunes, 18 de octubre de 2010

Diego Mazón,'La Razón'. (y qué razón)

''De entrada, no lo entiendo:
Me he esforzado mucho en entenderlos. He buscado y rebuscado para ver por qué alguien decide meterse a la milicia. Y no lo entiendo. No comprendo que en la sociedad de hoy una persona opte por entrar en un trabajo como este, en el que el principal requisito es obedecer a un jefe detrás de otro hasta que, con suerte, llegue a general y aún así, o peor, tendrá que estar a las órdenes del político de turno.No me cabe en la cabeza que alguien opte por ponerse este uniforme por un mísero sueldo, cuando enfundándose el de policía municipal cobraría mucho más. Es incomprensible que un joven de provecho, en el siglo XXI, asuma valores como el sacrificio, la entrega incondicional, la obediencia, el honor, la lealtad, el silencio, la disponibilidad, la constancia, cuando el resto de la sociedad rema en la dirección opuesta. Hay que tener mucha moral para cargar sobre los hombros de uno la responsabilidad tremenda de proteger a una sociedad que mientras duerme, toma cañas o se va de excursión ignora y menosprecia a quienes vigilan su libertad, a quienes se dejan la vida en la búsqueda de la tranquilidad de sus congéneres. Y hay que tener mucha humildad para entrar en una forma de vida en la que la ambición es la última de las prioridades, y en la que te pueden mandar al culo del mundo a cumplir una misión que nadie entiende, en la que te cambian de destino por razones de servicio y no puedes ni rechistar.
No, en realidad a quien no entiendo es a la sociedad, que desprecia a los militares porque no los comprende. A la sociedad en la que algunos aún los consideran un vestigio del franquismo, a la sociedad que es incapaz de decir «gracias» al colectivo que vela por su vida, a la misma que protesta porque el presupuesto de Defensa no vaya destinado a esa vaguedad de fines sociales que se queda en escalones burócratas. Y no entiendo a los políticos que quieren hacernos creer que los militares son un grupo de voluntarios de uniforme que se dedican a repartir caramelos por el mundo y a hacer de bomberos ocasionales. Porque al fin y al cabo, como decía Calderón de la Barca, «aquí, en fin, la cortesía, el buen trato, la verdad, la firmeza, la lealtad, el honor, la bizarría, el crédito, la opinión, la constancia, la paciencia, la humildad y la obediencia, fama, honor y vida son caudal de pobres soldados; que en buena o mala fortuna la milicia no es más que una religión de hombres honrados».''

domingo, 17 de octubre de 2010

No te daré nada que no me pidas, salvo tiempo. Es lo más valioso que tengo.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Hacía mucho que no soñaba.
Mucho tiempo pasó desde la última vez que me senté en soledad.
Mucho tiempo desde que las horas no existían, desde que los minutos no pasaban y los segundos caminaban de puntillas por las puntas de mis dedos.
Hacía mucho tiempo que mis ojos no se abrían algo más de lo normal y quedaban fijos al imaginar.
Hacía mucho que no me sentía tan despierta escapando de la realidad.
Mucho tiempo transcurrió desde la última vez que anulaba mis problemas y alegrías y descansaba.
Mucho tiempo en el que transformaba el momento en un tapiz blanco en el que una mancha pasa inadvertida.
En el que recordar nombres era vivir en el pasado.
En el que rezar consistía en agradecer mediante sonrisas cada inspiración que tomaba.
En el que regulaba mi respiración a mi ritmo.
En el que un momento contaba como una semana, un año o un siglo.
Hacía mucho que no dejaba mi inseguridad y juventud a un lado.
Quizás no tanto desde que valoraba la vida que pasaba como si cada minuto fuese el último pero sí desde que la agarraba de esta forma.
Pasé mucho desde que me ví con la necesidad de cerrar los ojos y esperar a que esa oscuridad borrosa se volviera nítida.
Hacía mucho que no soñaba.

sábado, 9 de octubre de 2010

Vamos allá

Seguramente tengas razón y lo que menos necesite sea un 'disgusto' ahora mismo.
Sé cómo lo pasaría.
Sé que no me sentarían bien semanas observando el techo entre cuatro paredes.

Como se suele decir: ''quien no arriesga no gana''aunque hasta ahora he apostado a la ruleta y he ganado.

¿Se acabará mi suerte?
Tarde para volver atrás, queda confiar y preparar el terreno para caer.

lunes, 4 de octubre de 2010

Nunca fue un secreto que me costó encajar.
Puede parecer que no, es decir, me relaciono bien, sé actuar bien en diferentes situaciones, me esfuerzo por hacer agradable mi compañía a la gente, me gusta verlos alegres y desvariar un poco también. Soy bastante risueña y despistada, tengo afán de superación y suelo frustarme con frecuencia.

Pensé que siendo así  podría ir convirtiendo ese secreto en recuerdo lejano pero me equivocaba. A veces el fantasma del pasado vuelve y mi carácter infantil sale a la luz. Lamentablemente, ése carácter parece tener cuarenta años y pesa bastante. Se lleva muy bien con mi conciencia y muy mal con mis planes de felicidad.
Así es como mi risa pierde el pulso contra el silencio y mis pensamientos se pierden en mi cabeza.

No me gusta quejarme, no me veo con ese derecho, tampoco con el de lamentarme pero ahora mismo voy dando palos de ciego allá por donde voy. Me siento muy sola, bastante triste y , espero que esto sea motivo de  una mofa considerable, me duele la cara al sonreir.