Seguidores

martes, 21 de junio de 2011

No soy la mejor persona del mundo, ni siquiera me acerco.
Tengo fallos, muchos fallos y soy consciente de ellos aunque es más que probable que no de todos pero sé que están ahí. También tengo alguna que otra virtud, no está mal aceptarlo.
No sé mucho sobre nada pero me gusta aprender y opinar de todo, aunque sea en silencio. Adoro la música, la pintura, la literatura y tocar la superficie del agua cuando las nubes se reflejan en ella. Me gusta reírme y disfrutar del momento y utilizo mi presente para pensar en el pasado. Considero que estoy en constante evolución y cada vez que recapacito me doy cuenta de que he cambiado en poco tiempo y muchas veces, a la vez sigo igual que siempre. Creo que me subestimo a veces y que en realidad soy más fuerte de lo que aparento. Tengo mucho carácter y mucha paciencia.
Desde hace años tengo metido en la cabeza que quiero escribir un libro, uno para mí pero como no sé sobre qué, a saber cómo lo empiezo.
Antes no me gustaba dormir, me daba la sensación de que perdía el tiempo, ahora creo que es de las cosas que más me gustan en el mundo, dormir y soñar.
Creo, y no me equivoco, que en el fondo soy de esas personas que por mucho que crezcan nunca envejecen. Creo que siempre seré joven y erraré como tal, siempre.
Soy muy vaga para algunas cosas pero en cuestión de personas no existe un 'no me apetece'. Me gusta darlo todo por los demás y sé que hay gente que se aprovecha de ello pero de todo hay en el mundo.
Si hablamos de despistes yo soy la número uno.
Soy muy de echar raíces en cada sitio que visito pero la mayoría de las veces no me da tiempo.
Tengo amigos, estoy orgullosa de ellos y los quiero, no lo digo a menudo pero me congratula demostrárselo, demostrármelo. A pesar de todo para mí lo primero es la familia, los que están ahí hasta el final, los que nunca fallan.
Nunca olvido un sentimiento, sí caras o palabras. Me muevo por golpes de voz y sonidos en general, a veces por miradas. Me gusta sentir la caricia del silencio del que me acompaña y estar bien así, sin palabras y malinterpretaciones.
No me gustan los finales ni las despedidas porque aunque sé bien cómo despedirme nunca sé lo que quiero decir, por lo que dos besos y hasta pronto. Pasen ustedes una muy buena noche y les deseo lo mejor para mañana.

sábado, 18 de junio de 2011

Cuando alguien se marcha, aunque quieras. No vuelve.

Es quizás en el último suspiro, en lo que una exhalación dura, cuando te das cuenta de todo lo que has vivido, aquellos malos momentos, aquellos otros buenos... no valen la pena. Ninguno. No la valen y sin embargo darías lo que fuera por revivirlos de mil formas distintas, mil maneras diferentes.

Aquella caricia, aquel empujón o simplemente aquel intercambio de miradas. La brisa, el mar, las cáscaras de pipa en el suelo o un sombrero de copa volando. Qué más da, momentos. Momentos sin más de los que guardas, tengan o no valor, algún recuerdo estúpido, vulgar o desconcertante.

Cuando abres los ojos y eres capaz de mirar a tu alrededor y comprender que todo ha sido una mera ilusión, que esa secuencia de recuerdos, momentos y pesadillas de días, noches y tardes frías, calurosas qué más da. Todo eso no te sirve absolutamente de nada porque en cuanto esta milésima de segundo, de tu último segundo acabe no quedará nada más que aquellos ojos que pudieron mirar, aquellas manos que pudieron tocar, aquel pelo que agitó el viento y aquellos pies que descalzos corrieron por la hierba pero que ahora, sin ese gélido vendaval que por dentro corría no sirven de nada. Porque nada sirve para algo sin esa fuerza interior que un buen día se escapa, nadie sabe por dónde o por qué, pero se va. Y nunca vuelve.

lunes, 13 de junio de 2011

M.B

''Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace.

La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.
Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.
A estos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía, contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.''
Benedetti.

domingo, 12 de junio de 2011

Movimiento 15-M

Durante años las piedras frías, vacías, húmedas y recias, durante años han sido pisadas, machacadas, olvidadas. Hoy es el día en el que sobre ellas creamos un lecho,en el que sobre ellas plantamos sueños.
Ayer, hoy y mañana será el día en el que una gran batalla se libró, libra y librará.
Donde habrá unos ganadores en la historia, nuestra historia.
Porque hablamos de nosotros, hablamos de crear, de vivir. Tratamos nuestros sueños como moneda de cambio.
Porque en tiempos como los de hoy, tiempos vacíos de moral como nuestros bolsillos, lo único que nos queda es luchar hasta el anochecer y acampar sobre la dura historia que, sin querer, escribimos.
No os olvidéis, no todavía, de que esto no ha acabado, señores. Hoy, mañana, pasado,
el eterno día... luchemos sobre la piedra fría.

sábado, 11 de junio de 2011

La muerte. El Lado Oscuro del Corazón 2.

No me gusta.

Por lo general el mundo en particular acostumbra a escribir sobre lo que le gusta o le interesa más que sobre lo que odia o no le gusta. En mi caso me encanta escribir sobre lo que aborrezco (aunque no suela hacerlo, cosa que odio) y que la gente se sienta identificada con esas pequeñas cosas desquiciantes. Eso perturba un montón, ¿eh? A todo esto, ¿ no adoráis a los perturbados?

No, yo tampoco. Los odio.

¿Sabéis que más odio?
Qué vais a saber vosotros, si nunca os cuento nada, necios.
No me gusta que me despierten salvo que sea de una forma ingeniosa y en el caso de que así fuera, me pone de muy mal humor que después de despertarme me hablen, no os dejéis engañar por mi sonrisa ni por mis intentos por resultar poco brusca. Todo es forzado.

No me gusta que me digan lo que tengo que hacer salvo que pregunte ni que hagan las cosas por mí, en ningún caso.
No me gusta, no me gusta y no me gusta que me falten al respeto o ver que se lo faltan a alguien y mucho menos que me cataloguen. Tampoco que me mientan.

No hay nada que me guste menos que los horarios y el ajetreo. No me gusta la gente superficial ni los listillos y culturetas. Aborrezco la prepotencia y la falsa bondad, prefiero a una persona mala sin miedo a reconocerlo para pasar el rato. No me gusta que intenten complacerme y que me presten atención.

No me gusta la ciudad donde nací porque es gris. Odio que me corten las alas.

Que ni se le pase por la cabeza a alguien con complejo de superioridad dirigirme la palabra porque le pegaré un boaco.
No es aconsejable que se intente jugar conmigo porque, desgraciadamente, mi cabeza no olvida por mucho que lo intente y mi confianza se pierde fácilmente.

No me gusta la gente criticona, no me gustan los rumores, no me gusta el cielo completamente despejado, no me gusta que me juzguen sin conocer todos los hechos.

No tolero muy bien las injusticias, aunque en ocasiones me calle por dentro me suele hervir la sangre. No me gusta que me descubran cuando me hago la tonta. Es realmente irritante la gente dura de mollera y sosa.

No me gustan los alardes ni la gente que no para de halagar a los demás (aunque siempre está bien un cumplido de vez en cuando).

No me gusta sentirme como una fracasada.
Odio y me pone triste pensar en mi pasado. No me agrada pensar que he vivido muchas cosas antes de tiempo, aunque me queden muchas otras por vivir.

Aunque me guste decir lo que no me gusta, no me gusta esta entrada y supongo que a vosotros tampoco.
Me espanta la idea de que os pueda gustar porque realmente ese no es el objetivo.

lunes, 6 de junio de 2011

O tapiz do futuro



Cando me preguntan polo meu futuro non sei que responder. Cando penso nel vexo un tapiz branco. Vexo tamén xente que ten planeado ata o máis mínimo detalle de toda a súa vida e non chego a comprender cómo poden estar tan seguros de todo. En pouco tempo a miña vida deu un cambio moi brusco, e aquí estou, en Santiago de Compostela un ano máis entre choiva e pedra, xente e néboa, cunha parede sen pintar por futuro e un martelo na man para abrirme paso hoxe.
Pero ¿tan malo é non saber o que virá? de momento foime ben, estou ben aquí.
Deixando a un lado á xente, aos amigos e os estudos teño moito polo que sorrir, teño unha cidade, unha cidade pequeniña en comparación con outras pero máxica. Tan máxica que só con sair e pasear pola súa Alameda, polas súas rúas, tan só con pisar e sentar nunha praza a miña alma cálmase. Non podo negar que as veces boto de menos a auga, son persoa de mar pero cando a morriña por el aparece miro cara arriba, ben alto, vexo o ceo case sempre tupido e recórdame a aquelas ondas no inverno que cubrían toda a praia e que observaba dende o acantilado co vento de compaña.
¿Por que preocuparse polo que acontecerá tendo esto?
O que teño máis claro e que eu mesma son Futuro.

domingo, 5 de junio de 2011

Allá por los años 90

Una ola inmensa se levantó sobre la superficie del mar y sin apenas poder reaccionar arrolló a un padre que cogía de la mano a su hija.
Recuerdo como de repente se resbalaba la mano, apretaba fuerte pero se escapaba como una pastilla de jabón.
Mi siguiente recuerdo es saliendo de debajo de la arena y mi padre muy lejos intentando venir hacia mí. Me levanté y salí a la orilla, no hablé en lo que restó de día pero me senté a mirar el mar sin comprender. Nunca llegué a hacerlo pero llegué a una conclusión, por mi bien, en los siguientes 17 años nunca volví a tener miedo y mucho menos de los golpes. Sin embargo me aventuro con facilidad y desconfianza.