Con uñas largas y de un rojo desconchado se sentó en la terraza. En ella pesaban los años, o eso parecía. Pelo negro canoso, casi gris, ropas ochenteras, bolsas y ojeras en los ojos.
Sin fijarte demasiado, mientras fumaba, se apreciaba su respiración lenta y entrecortada. Estaba borracha,quizás. Una larga noche la del sábado aunque para ella lo más probable es que pasase rápido .
Eran las cuatro de la tarde cuando con voz resacosa y temblorosa pedía un refresco bien frío y le daba la última calada a su cigarrillo. La espera se le hacía larga, mientras se encendía el siguiente y miraba a la nada.
Quién sabe en qué estaría pensando, si pensaba en algo.
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