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viernes, 16 de noviembre de 2012

Corazones, campanas y musgos varios

Llueve en Compostela.
Si dejas de escuchar las voces de alrededor y te centras en el picoteo de las gotas de agua en la piedra. Si miras las dos torres tocando el cielo nocturno, vaporoso,tétricamente  iluminado, con su imponente campanario en pie hace siglos. Si con el corazón en un puño recoges su musgo suave y fresco y respiras el metálico olor de los adornos de la fachada dando vueltas sobre ti misma con la cabeza gacha pero los pies en las nubes.
Si en ese momento inspiras y la humedad te llena los pulmones como una llamarada de pasión abstracta imposible de canalizar ni medir.
Si después de todo lo que has olvidado en ese momento y que tardarás en recordar segundos infinitos, espiras, miras a tu alrededor y lo ves todo hecho, ya lo has sentido todo.

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