Seguidores

viernes, 14 de agosto de 2009

Cada mañana le pregunto al reloj cuándo se me acabará la cuerda.
No contesta.
Avanza sin prisa, sin pausa, marcándome el ritmo con el que he de desfilar por la pasarela hasta el profundo y calmado Mar.

1 comentario:

Hermano Ele. dijo...

Mañana, tarde, noche.
Ese es el ritmo.

Mañana, tarde, noche.
Continuamente.

Mañana, tarde, noche.
Menos mal que hasta nuestra última respiración está controlada...