Ha pasado un momento desde que te fuiste.
Estamos a 24, como ayer. Rara vez miro el calendario pero siempre caigo en esa fecha.
…Me gustaría que me enseñaras a hacer ganchillo ya que la primera vez que lo intentaste me podía la impaciencia y lo abandonaba cada dos por tres. Pensaba que estarías siempre a mi lado para enseñarme y parece ser que me equivocaba.
Las dos sabemos que aunque mi reloj de arena se haya roto día a día mi tiempo se agota... todavía queda una larga y pesarosa vida sin tu compañía y me alivia pensar que no te queda otra que esperarme donde estés; expectante, paciente y silenciosa.
Llevaré conmigo las agujas de calcetar de tu mesilla, ¿te importa?.
Tendremos La Eternidad para nosotras.
1 comentario:
La muerte tan sólo es una consecuencia para el pecador.
He dicho, para el pecador.
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