En días tan señalados es cuando más te das cuenta de lo mucho que los necesitas.
De que los regalos, la fiesta y todo lo demás sobra.
De que sin ellos, no serías nada ni nadie.
De que compartimos mucho más que sangre.
Y sobretodo de que esa chispa que sientes durante todo el año, esa felicidad que no comprendes, que te llena y tira de ti en los peores momentos es la que te da el saber, aunque sea inconscientemente, que alguien te quiere y te querrá por encima de todo por el simple hecho de ser tú, su familia.
Es maravilloso querer.
Y es que algo que lleva pasando durante dosmil años no muere con tanta facilidad.
2 comentarios:
Amor no premeditado.
Dar sin recibir, lo mejor.
FUN FUN FUN! :)
McField, tu siempre has sido y siempre serás de mi familia.
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