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domingo, 6 de febrero de 2011

Ese olor fresco a tierra mojada. El tacto suave de la hierba y la agradable claridad que las nubes permiten pasar.
El cosquilleo de la brisa en los pies y la humedad del ambiente en la cara.
Tan sola estaba en este mundo, tan sola...
Qué triste es no poder sufrir nunca una partida.Qué intranquila es la tranquilidad de la soledad y la duda de si hay alguien que te espera al otro lado, donde no hay hierba.


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