En una noche como aquella en la que sentía el mimo de la oscuridad en la piel y capturaba los destellos plateados que a los pequeños pájaros se les escapaban.
En una noche en la que desde las alturas comtemplaba lo que le quedaba grande y llamaba al suspiro.
Esas dos estrellas blancas talladas brillaban en su tapiz negro más que nunca.
En una noche así, en la que las ganas de respirar vuelven y se va el pesar es cuando se toman las mayores y más simples decisiones de la vida.
Cuando decides, si tumbarte y respirar o girar la cara.
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